jueves, 3 de noviembre de 2011

ZAPATOS DE HORMIGON


Podemos resignarnos y seguir pensando que todo esta perdido, que no queda ni un atisbo de cordura, ni un cerebro con buena causa y ni un solo corazón sin armadura. Quizá podamos seguir mirando al exterior con ojos herrados y seguir luchando desacertadamente contra nuestros miedos, y cargarle la culpa a la deshumanización que nos invade. Pero esta en la sencillez la magia de los acróbatas.

Parece ser que nadie tiene la culpa de nada, pero si tu sumas, yo sumo, nosotros sumamos y ellos suman, la casa no se queda por barrer y es mas sencillo que un dia barras tu y otro yo, que todos los días falte yo por barrer. Esta en la sencillez la magia de los acróbatas.

Nuestros fracasos nos hacen presos. No vemos mas allá de las puntas de nuestros hormigonádos zapatos llenos de pesados recuerdos. Buenos y malos, pero pesados. A veces ya no vale una foto de la vieja pandilla para sonreír, ni la picardía de un niño cuando llora para conseguir lo que quiere de su papa y ni la caída estupida de un amigo cuasi borracho. Ya no valen tantas cosas. Pero esta en la sencillez la magia de los acróbatas.

Yo estaba bien como estaba. En el barrio haciendo cabañas, cazando lagartijas, haciendo tirachinas, tira huevos, escondiéndome en lo alto de los eucaliptos de las viejas escuelas, asando las castañas en el campo, bañándome en la vieja charca que ya no existe. Si. Yo allí estaba bien. Ahora no estoy peor, pero ya se me intoxicó el corazón y es mas difícil perseguir por el barrio a mi primer amor. Pero esta en la sencillez la magia de los acróbatas.

Pasaron tiempos mejores. Ahora solo vienen tiempos. Ni mejores ni peores. Solo tiempos. Ahora tenemos la sensación de haber hecho todo mal y pagaríamos con nuestra propia vida quizá, por disfrutar de aquella libertad infantil solo por un momento entre crisis e hipotecas, entre algunos sueños, entre alguna caña que otra, entre algún desamor que otro, entre algún derecho que otro o entre algún deber que otro. Pero esta en la sencillez la magia de los acrobatas.

Ahora estudiamos carreras y nos hacemos menos sabios. Ahora nos compramos coches, casas y cosas innecesarias y nos hacemos mas pobres. Ahora comemos zanahorias en latas y panes sin corteza y nos alimentamos peor. Ahora pasa el tiempo y cada minuto que pasa nos alejamos cada vez mas de la esencia, y la luz se va poco a poco apagando en lo mas a dentro de nuestro ser. Sentimos frío y no entendemos nada cundo el otro no esta a nuestro lado. Necesitamos tanto de lo que perdimos, que ya nunca recuperaremos aquello que no dijimos, que no hicimos, que no sentimos…. que nuestro alma se hace desierto de arena y llena de recuerdos malos y buenos nuestros hormigonados zapatos. Pero esta en la sencillez la magia de los acróbatas.