No es mentira ni fabula que lleve ya más de treinta años sobreviviendo en este mundo, con más alegrías que penas, pero sobreviviendo. Ahora después de este tiempo, me permito el lujo de decir que se algo sobre la vida. Mi saxo y yo hemos recorrido miles de kilómetros, visitado cientos de lugares, realizado juntos quizá ya alrededor de unos mil y un conciertos, y conocido a multitud de personas importantes por el camino. Permitidme entonces que os diga que ya se algo de la vida, aunque sea tan sólo un poco.
Toda mi vida, y sobre todo desde cuando mis padres me pusieron por primera vez un saxo en la mano, a girado en torno a mi saxo. El me ha enseñado a ser mejor persona y a soñar con un mundo mejor, que tristemente hoy se desmorona. El saxo me ha enseñado a respetar y ha ser respetado, a querer y ha ser querido, ha admirar y ser admirado, y sobre todo a cambiar el mundo que me rodea. Hoy los dos juntos seguimos en esa ardua tarea. Cambiar el mundo que nos rodea. Se que es un sueño, pero también me enseñó ha soñar.
Toda mi vida, y sobre todo desde cuando mis padres me pusieron por primera vez un saxo en la mano, a girado en torno a mi saxo. El me ha enseñado a ser mejor persona y a soñar con un mundo mejor, que tristemente hoy se desmorona. El saxo me ha enseñado a respetar y ha ser respetado, a querer y ha ser querido, ha admirar y ser admirado, y sobre todo a cambiar el mundo que me rodea. Hoy los dos juntos seguimos en esa ardua tarea. Cambiar el mundo que nos rodea. Se que es un sueño, pero también me enseñó ha soñar.
