viernes, 29 de julio de 2011

CUENTO PARA REFLEXIONAR


“POCEROS"

No hace mucho tiempo se encontraron dos amigos. Uno se llamaba Juan Prisas y el otro Luis Sinprisas. Los dos querían ser poceros y los dos estaban buscando territorios donde encontrar agua. Después de hablar sobre el tema los dos amigos decidieron hacer una apuesta. La apuesta trataba sobre quien de los dos encontraría el agua en menos tiempo. Quien encontarara el agua en menos tiempos volvería al sitio de partida, y el quien antes llegara ganaría la apuesta.

Juan Prisas decidió dirigirse rápidamente a un territorio lluvioso, y donde existían grandes acuíferos. El sabía que así tomaría ventaja sobre Luis Sinprisas. Mientras Luis Sinprisas, tomó la decisión de ir a un lugar seco y empedrado. Aunque el lugar no le ofrecía muchas posibilidades de encontrar agua Luis Sinprisas confiaba en que la encontraría. Juan Prisas llegó al lugar que había establecido. Saco sus utensilios de búsqueda, y se dispuso a encontrar el agua.

-- ¡Bien!. Manos a la obra. No tardaré mucho tiempo en encontrar el agua, este sitio es muy húmedo. Seguro que pique donde pique no tardará mucho tiempo en aparecer el agua.

Así fue. Juan Prisas solo tardo apenas dos días en encontrar una corriente de agua para hacer el pozo. En cuanto acabó se dirigió al punto de encuentro donde había quedado con Luis Sinprisas. Luis Sinprisas no estaba allí. Eso quería decir que Juan Prisas había ganado la apuesta. Un mes más tarde Luis Sinprisas apareció.

--¿Donde te habías metido Luis Sin Prisas? Te he ganado la apuesta. Solo tarde dos días en encontrar el agua. Así que dame lo que habíamos apostado.

Luis Sinprisas le dio el dinero que habían apostado.

-Toma tu dinero.

- Pero. ¿Encontraste el agua?

- Si.

- Y …. ¿Como has tardado tanto?

- Fui a un sitio muy seco.

Juan Prisas se echó a reír.

-Pero. ¿Como se te a ocurrido ir a un sitio tan seco?

- Mientras tú me esperabas aquí, como pozero astuto, yo he aprendido a cocinar insectos, a limpiar fósiles, a apreciar los amaneceres, a observar las estrellas, a fabricar una cabaña con matojos, a sacar el agua de un captus… Yo solo quería encontrar agua, no me importaba el tiempo. Ahora yo tambien soy pocero, y también sabedor de cosas preciosas que había pasado por alto.

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