Mi causa no es andar
buscándote por ahí por las calles ,
entre tropeles que atestan las reuniones sociales, los bares o las seudo
discotecas. Tampoco lo es, esperarte
sentado en mi sofá o retozando perezoso en mi cama, a que llegues algún día.
Nada de eso es.
Por el contrario, he de despertar y salir en tu busca de
verdad. Olvidar mis miedos, mis rencores, apretar mis puños, ponerme el machete
en la boca y adentrarme en tu jungla, donde al parecer estas escondida hace ya
ni se sabe cuanto tiempo. Se que estas ahí, y que algún día te conseguiré. Mas
temprano que tarde mis garras te acecharan, y mis manos conseguirán agarrarte
por fin. Cuando llegue ese día, te prometo que no te dejare ir.
Hasta el momento tus artimañas solo han hecho que me desviara
de tu camino. Después de todo este tiempo me encuentro perdido. Extravié tu
rastro, y ni por asomo te huelo. No lo consigo. Ahora tomare de nuevo otro
camino, y si me equivoco, volveré a elegir otro, después otro y después otro,
hasta dar con el camino cierto. Se que alguno me llevara sin duda a tu guarida
recóndita. No me cansare. No parare hasta que logre encontrarte.
Me faltas. Te echo de menos. Ahora mi presente, y el de mis
cohetaneos es quizá el mas oscuro de todas nuestras vidas. Muchas veces no
consigo ponerme en pie ni reanudar tu búsqueda, y mi alma y mi corazón te dan
por perdida. Los sueños se disfrazan de pesadillas. El pasado posa su guadaña
sobre mi presente, y bocas que no callan tiñen de blanco oscuro mi futuro. Pero
te prometo que te seguiré buscando hasta el día que mis fuerzas digan basta.
(Conversacion con la felicidad)
No hay comentarios:
Publicar un comentario